martes, 29 de junio de 2010

Afganistan en general

Afganistán con quince millones de habitantes en 1979 y una altitud y clima que hacían muy difícil la agricultura, en realidad el pasado de Afganistán se explica por haber sido una especie de Estado-tapón -una Polonia de Oriente- durante todo el siglo XIX entre las dos influencias cruciales de la zona, la rusa y la inglesa. En 1919, tras la Revolución de octubre, la Unión Soviética fue el primer país en reconocer la independencia de Afganistán a quien incluso concedió una modesta ayuda económica. El puro realismo les hizo a los soviéticos considerar, sin embargo, que su influencia no debía pasar más adelante: Afganistán siguió siendo una Monarquía con alguna apariencia constitucional a medida que fue pasando el tiempo. Después de la Segunda Guerra Mundial la URSS y los Estados Unidos siguieron manteniendo a Afganistán como Estado-tapón pero la dependencia económica de la URSS se fue haciendo mayor cuando Pakistán cerró su frontera por la existencia de diferencias territoriales. De este modo, en los años setenta el 43% de las importaciones, casi todas las armas y el 60% de la ayuda exterior venía de la URSS. En este contexto no puede extrañar que surgiera un Partido Democrático Popular que vino a ser el equivalente, aunque oculto, de un Partido Comunista. Estuvo, sin embargo, muy dividido en tendencias que, muy probablemente, no correspondían a
ningún motivo ideológico sino a personalismos.
Después de una fuerte sequía a comienzos de los setenta que pudo haber provocado varios millares de muertos, en 1973 un golpe de Estado llevado a cabo por el primer ministro Daoud supuso la proclamación de la república. Autoritario y nacionalista, Dauod llegó al poder con apoyo soviético y de un sector del PDP pero pronto demostró una voluntad de independencia que le hizo inaceptable. En 1978 una revolución le desplazó y estableció un Gobierno revolucionario dirigido por Taraki, que inmediatamente puso en marcha una revolución. Ésta, sin embargo, muy pronto chocó con una sociedad tradicional en la que, por ejemplo, se consideraba inaceptable la alfabetización de las jóvenes. En 1979 el número de desertores de un Ejército de 100.000 hombres se elevaba ya a más de 40.000 y era necesario emplear la fuerza contra los montañeses del Norte con la ayuda de unidades aéreas soviéticas. Al mismo tiempo, los conflictos entre los dirigentes del partido fueron siempre muy duros y no menos sangrientes.

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